martes, 21 de mayo de 2013

CON ACRITUD (Y 2)

Una vez puesto en marcha el ventilador la mierda se esparce en todas las direcciones, y así debe ser.  Los ciudadanos también tenemos nuestro cupo de mierda ganado a pulso.
 
Es este un país en el que reina la ignorancia, un país de ignorantes y cenutrios.  El nivel cultural medio provoca la carcajada de mi botijo y cuando busco argumentos para borrarla no los encuentro.  Las comparaciones tampoco sirven, no tengo ningún interés en comparar nuestro nivel cultural con el de otros países porque no quiero ver ni la paja ni la viga en el mio.

En octubre de 1982, sin haber cumplido los 18, me encontraba recolectando patatas, echando una mano a la familia a cambio de dinero, en un pueblecito del norte.  Mi tío, persona cabal, honrado, honesto y dueño de esa sabiduría que solo tienen los que viven de la tierra, me preguntó que pensaba sobre las elecciones generales que se iban a celebrar pocos días después.  Pensé que todo el mundo sabía que el PSOE ganaría las elecciones, pero mi tío me sorprendió con su convicción de que Suarez sería el vencedor.  No seré yo quien critique la capacidad de aquel que, desde niño, ha vivido para trabajar.  Trabajo duro que curte la piel y el carácter, pero no la inteligencia.  Trabajo de sol a sol cultivando la tierra, para eso no hace falta cultura pero si brazos fuertes.

Han pasado más de treinta años y permanecen incorruptos los ignorantes y los cenutrios.  Un porcentaje importante, muy importante, de los españoles no cultiva ni la tierra ni la cultura.  Vive en ciudades que fagotizan a las personas, ni tiene brazos fuertes mi inteligencia que les sustituya.
Oigo todos los días como se demonizan las subvenciones y las ayudas, siempre y cuando su supresión no le afecte a uno mismo.  Como se denigra lo público, pero que los servicios estén ahí cuando se necesiten, faltaría más.  Se tacha de vividor al que se deja la piel por un salario miserable con el que a duras penas se subsiste.  Rebuznos, rebuznos y más rebuznos.
 
Rebuznar no esta mal, permite la comunicación con otros seres rebuznantes.  Lo malo es que, mientras asistimos al concierto de rebuznos, este país navega al albur de los vientos que soplen y los girones en los que se está convirtiendo quedan enganchados en la primera rama que encuentran.
 

P.D.: aquí no se libra ni Dios.  Ignorante, cenutrio y rebuznante, el primero un servidor.
 

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